Somos un grupo de laic@s hermanad@s en la Fe Cristiana.

Nos convocó inicialmente la insolente provocación del ex dictador Jorge Videla al reivindicar los crímenes aberrantes del terrorismo de estado, reconocer la complicidad o indiferencia de integrantes de la jerarquía eclesiástica y hacer público su libre acceso al sacramento de la Eucaristía.

Hicimos nuestro firme reclamo a la Conferencia Episcopal y manifestamos nuestra frustración frente a una respuesta que consideramos insuficiente.

Aguardamos aún que se ponga en marcha un nuevo compromiso con la verdad y se enfrente con decisión una cuestión que, por formar parte de su propia historia, es una deuda que reclama una pronta y completa superación. La continuidad del silencio afecta la credibilidad pastoral en el pueblo de Dios.

A partir de entonces hemos decidido darle continuidad a nuestra vocación y compromiso, como modestos protagonistas del proceso de transformación de nuestra Iglesia, recordando cada día los valores evangélicos y esperanzados en el liderazgo del papa Francisco, imploramos la asistencia de Nuestra Señora de Luján, madre y mediadora ante Cristo nuestra Esperanza.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

ANTE EL PRÓXIMO 10 DE DICIEMBRE
Este Diciembre, de acuerdo a lo previsto por nuestra Constitución y a la voluntad popular, se producirán muchas modificaciones en el sistema institucional argentino que no solo afectarán al conjunto de la sociedad sino que a nosotros, como Cristianos, nos obliga a reflexionar una vez más sobre nuestra misión en esta Patria compartida.
Con nuestros acuerdos o desacuerdos, consensos o divergencias, somos ciudadanos que nos guiamos por la Luz del Evangelio y el actual magisterio de nuestro querido Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, algunas de cuyas palabras repetiremos en estas líneas y seguiremos recordando en el futuro. 
El 10 de diciembre habrá un recambio de autoridades de la Nación, de las provincias, de la CABA y de sus respectivas legislaturas. A todos ellos les pedimos que recuerden a diario que  “el poder es servicio” y que “la unidad es superior a las partes”. Esa unidad es nuestra Patria, con sus 32 años de vigencia democrática que coincide en fecha con el día universal de los DDHH.
Celebramos así la democracia y los derechos humanos como otra unidad superior a las partes, manteniendo la memoria de un pasado que aún duele porque siguen faltando verdades justicia y reparaciones. Compartimos un presente que también duele por su inequidad y preeminencia de banalidades y codicias, mientras los poderes concentrados saquean nuestros recursos naturales, y contaminan el planeta comprometiendo el futuro de la Humanidad. 
Al nuevo elenco político lo recibimos con la esperanza de que sepa construir sobre lo construido, respetando los valores y principios convencionales de los Derechos Humanos que son política de Estado porque fueron consagrados en forma unánime por todo el arco político en la Constitución Reformada de 1994 y nuestro pueblo sintetizó en las palabras memoria, verdad y justicia.
Haremos cuanto podamos, para que la Deuda Social que aún tenemos con los pobres se transforme en Justicia Social, para que los bienes que requiere la subsistencia de nuestro pueblo se conviertan en el más generoso Bien Común, y para que podamos hermanarnos en diálogos fecundos y solidaridades compartidas.   
Nos opondremos a la cultura de la exclusión y a la soberbia de los poderosos, a la idolatría del dinero y a la inequidad; a que en nombre de la eficiencia se sacrifique el trabajo y se hipoteque el futuro y la dignidad de nuestros hermanos. 
Todas éstas y otras prácticas que ignoran el valor  trascendente e inviolable de la vida humana, son causas de la violencia que luego se aprovecha para acusar a los excluidos, generando un círculo perverso, donde los descartados son perseguidos y los explotadores gozan de impunidad.  Reiteramos nuestra fidelidad al mensaje evangélico cuando proclama: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados” (Mateo 5, 3-12)
Insistiremos también en que se resuelvan las causas estructurales de esa pobreza que el Papa claramente adjudica al sistema económico y a la distribución del ingreso. “La inequidad es la raíz de los males sociales” (E.G.202).  “La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda política económica” (E.G.203) Ante las nuevas formas de la esclavitud les pedimos a las autoridades “no hacerse los distraídos, porque es complicidad” (E.G.211).
Nuestra dimensión histórica como pueblo implica comprender el pasado y asumirlo desde el presente, pero con la apertura al futuro bajo la modalidad de compromiso con un destino común y paz duradera.  “Una paz que no surja como fruto del desarrollo integral de todos, tampoco tendrá futuro y siempre será semilla de nuevos conflictos y de variadas formas de violencia” (E.G.219)

Buenos Aires, diciembre de 2015

Equipo Coordinador de Cristianos para el Tercer Milenio: Alicia Pierini; Alicia Ladrón de Guevara; Ana Cafiero; Cristina Domeniconi; Rogelio Ponsard; Angel Bruno; Fernando Portillo; Roque Luis Miraldi; Juan L. Manazzoni; Rodolfo Brardinelli; Rodolfo Briozzo; Eduardo Casado Sastre; Hernán Patiño Mayer; Miguel Ángel Ferrara, Fátima Ruiz López; Felipe Solá; Beatriz Noceti.